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El Símbolo
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El Símbolo
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Siempre ame la Navidad Desde que tengo recuerdo, siempre ha sido y sigue siendo la época del año que mas disfruto .
Una mezcla de hermosas sensaciones se instalan en mi alma. El milagro de saber que Dios se hace niño cada año y que, desde ese pesebre despojado de todo lujo, nos ofrece la mas grande de las riquezas. Si bien se que, en ese humilde pesebre, se encuentra el verdadero sentido y el milagro de la Navidad, hay otro gran encanto que yo aprecio en esos días.
Cada diciembre , como si volviese a ser niña, me maravillan las vidrieras repletas de adornos navideños. Puedo pasar horas extasiada miando renos, moños, estrellas, duendes. Mis ojos se tiñen de verde, rojo, blanco y dorado, y mis oídos escuchan villancicos que ya nadie canta.
Siempre sentí que era una de las mas hermosas epocas para demostrar cuanto queremos a los nuestros. Cada diciembre, mi casa se viste de esos mágicos colores y luce de fiesta para recibir no solo al niño Dios, sino también a nuestra familia y nuestros amigos.
En esos dias, mi hogar desprende aromas a garrapiñada caseras, a budines y mermeladas, se llena de cintas , papeles decorados y paquetes, cuyo contenido es mucho mas que algo comestible. El contenido es ese inmenso amor que yo pongo en cada uno de esos regalos que hago con mis manos.
Este diciembre es diferente. Hace un tiempo que se que mi padre esta muy enfermo, y mi corazón se colmo de una profunda tristeza. Hoy nada es igual, ni para el, ni para quienes tanto lo amamos.
Me pregunte un día, entre las tantas preguntas que surgen en momentos como esos,¿ como seria esta Navidad ?
Algo fundamental no cambiaría: el niño Dios volvería a nacer porque Dios esta siempre, mas allá de las enfermedades, de la vida con sus vaivenes y mas allá de la misma muerte.
Se que este año mi casa tendrá esos aromas típicos de dulces, pues ese tiempo , que con tanto amor dedicaba a esas tareas navideñas, se lo dedicare, aun con mas amor, a mi padre.
No obstante , mi corazón me dice que no debo dejar de vestir mi casa de esos colores que amo porque en ella viven mis hijos y porque el niño Dios nos visitara igual.
Me pregunte , ademas, si tendría ganas de cumplir con un ritual que mantengo hace años: comprar un nuevo adorno navideño para mi hogar. Sentí que, tal vez, era tonto pensar en eso en la situación que estoy atravesando, con tantas cosas mas importantes que pensar, pero la respuesta a mi pregunta vino sola.
Un día, mientras estaba en el supermercado, mis ojos volvieron a maravillarse con todos los adornos que ya se exhibían , y, especialmente, me detuve en un muñeco de paño, un Papa Noel suave, de ojos dulces, llenito de regalos, panzon y con una barba blanquisima como la mas bellas de las nubes.Me quede observándolo, como esperando que algo me dijera y presentí que el me miraba también. Me quede un rato con ganas de comprarlo, con deseos de que ese fuese mi adorno nuevo para mi hogar. No estaba segura de que cumplir con mi ritual no fuese desubicado en mi contexto familiar.
Así permanecimos un rato largo, mirándonos, y yo sin saber que hacer. Su carita era especial, pero mi diciembre también.
De pronto , me di cuenta de algo, ese hermoso muñeco de paño era un símbolo. Un símbolo de una hermosa costumbre que conservamos con mis hijos, un símbolo de que mi casa no es sola una casa, sino, mas bien, un hogar, un símbolo de que , a pesar de ser una mujer grande, puedo gozar de la capacidad que tienen los niños de disfrutar de ciertas cosas.
Finalmente, lo compre y le buscare un bello lugar en mi casa, y, desde alli, el se acomodara feliz acompañándome en esta Navidad tan distinta de las demás y seguirá con nosotros aun cuando mi padre ya no este.
No creo que haya sido una casualidad encontrarlo allí como esperándome en el supermercado, no pose mis ojos en un reno, ni en un duende, ni en una corona navideña, sino en un Papa Noel, seguramente, con inmensa necesidad de sentir que'' ese
papa '', como el mio, me seguirá acompañando siempre y que sera ni mas ni menos que un símbolo de amor.
Castello Liana
Siempre ame la Navidad Desde que tengo recuerdo, siempre ha sido y sigue siendo la época del año que mas disfruto .
Una mezcla de hermosas sensaciones se instalan en mi alma. El milagro de saber que Dios se hace niño cada año y que, desde ese pesebre despojado de todo lujo, nos ofrece la mas grande de las riquezas. Si bien se que, en ese humilde pesebre, se encuentra el verdadero sentido y el milagro de la Navidad, hay otro gran encanto que yo aprecio en esos días.
Cada diciembre , como si volviese a ser niña, me maravillan las vidrieras repletas de adornos navideños. Puedo pasar horas extasiada miando renos, moños, estrellas, duendes. Mis ojos se tiñen de verde, rojo, blanco y dorado, y mis oídos escuchan villancicos que ya nadie canta.
Siempre sentí que era una de las mas hermosas epocas para demostrar cuanto queremos a los nuestros. Cada diciembre, mi casa se viste de esos mágicos colores y luce de fiesta para recibir no solo al niño Dios, sino también a nuestra familia y nuestros amigos.
En esos dias, mi hogar desprende aromas a garrapiñada caseras, a budines y mermeladas, se llena de cintas , papeles decorados y paquetes, cuyo contenido es mucho mas que algo comestible. El contenido es ese inmenso amor que yo pongo en cada uno de esos regalos que hago con mis manos.
Este diciembre es diferente. Hace un tiempo que se que mi padre esta muy enfermo, y mi corazón se colmo de una profunda tristeza. Hoy nada es igual, ni para el, ni para quienes tanto lo amamos.
Me pregunte un día, entre las tantas preguntas que surgen en momentos como esos,¿ como seria esta Navidad ?
Algo fundamental no cambiaría: el niño Dios volvería a nacer porque Dios esta siempre, mas allá de las enfermedades, de la vida con sus vaivenes y mas allá de la misma muerte.
Se que este año mi casa tendrá esos aromas típicos de dulces, pues ese tiempo , que con tanto amor dedicaba a esas tareas navideñas, se lo dedicare, aun con mas amor, a mi padre.
No obstante , mi corazón me dice que no debo dejar de vestir mi casa de esos colores que amo porque en ella viven mis hijos y porque el niño Dios nos visitara igual.
Me pregunte , ademas, si tendría ganas de cumplir con un ritual que mantengo hace años: comprar un nuevo adorno navideño para mi hogar. Sentí que, tal vez, era tonto pensar en eso en la situación que estoy atravesando, con tantas cosas mas importantes que pensar, pero la respuesta a mi pregunta vino sola.
Un día, mientras estaba en el supermercado, mis ojos volvieron a maravillarse con todos los adornos que ya se exhibían , y, especialmente, me detuve en un muñeco de paño, un Papa Noel suave, de ojos dulces, llenito de regalos, panzon y con una barba blanquisima como la mas bellas de las nubes.Me quede observándolo, como esperando que algo me dijera y presentí que el me miraba también. Me quede un rato con ganas de comprarlo, con deseos de que ese fuese mi adorno nuevo para mi hogar. No estaba segura de que cumplir con mi ritual no fuese desubicado en mi contexto familiar.
Así permanecimos un rato largo, mirándonos, y yo sin saber que hacer. Su carita era especial, pero mi diciembre también.
De pronto , me di cuenta de algo, ese hermoso muñeco de paño era un símbolo. Un símbolo de una hermosa costumbre que conservamos con mis hijos, un símbolo de que mi casa no es sola una casa, sino, mas bien, un hogar, un símbolo de que , a pesar de ser una mujer grande, puedo gozar de la capacidad que tienen los niños de disfrutar de ciertas cosas.
Finalmente, lo compre y le buscare un bello lugar en mi casa, y, desde alli, el se acomodara feliz acompañándome en esta Navidad tan distinta de las demás y seguirá con nosotros aun cuando mi padre ya no este.
No creo que haya sido una casualidad encontrarlo allí como esperándome en el supermercado, no pose mis ojos en un reno, ni en un duende, ni en una corona navideña, sino en un Papa Noel, seguramente, con inmensa necesidad de sentir que'' ese
papa '', como el mio, me seguirá acompañando siempre y que sera ni mas ni menos que un símbolo de amor.
Castello Liana
ana maria- ♕-Princesa
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