El Ultimo Regalo de una Madre

Se cuenta en Estados Unidos una Leyenda, la cual dice que: Un Sacerdote católico al terminar su misa se dirigió hasta una peligrosa región conocida por ser hogar de traficantes, prostitutas y drogadictos. Llamó a la puerta de un viejo apartamento tres veces y fue atendido por un joven de muy mal aspecto, sucio y ojeroso.


El joven no estaba para nada complacido con la visita y de mala gana se dirigió al Cura: -¿Que quiere?-,-Estoy aquí para darle los últimos sacramentos a un moribundo- le respondió el Padre, pero el muchacho lo corrió de forma grosera, el religioso se disponía a marcharse, pero vio a lo lejos en un pasillo oscuro algo que le llamó la atención y lo motivó para insistir: -Solo le pido que me deje cumplir con la petición de la mujer amorosa y cristiana que por la mañana me suplicó que viniera- dicho esto el sacerdote apartó con determinación al joven de la entrada y se abrió paso.

Al entrar, vio el retrato de una mujer de avanzada edad, ropa negra de luto, y un gran crucifijo en el cuello, ella era la mujer que le había solicitado su presencia, y se lo dijo al joven, que algo desconcertado, le informó que era imposible pues ella llevaba muerta varios años, aunque el joven lucia muy nervioso el Padre seguía tranquilo hablándole sobre el buen camino, en un momento el chico entendió que su madre aun después de la muerte, seguía preocupada por él.


Después de confesarse con el Cura por el sufrimiento que hizo pasar a su madre al entrar a una vida de vicio, el párroco le absolvió de sus pecados y le dio la comunión, dejándolo de nuevo en la soledad.


Falleció esa misma noche mientras dormía,  de forma repentina e inexplicable. Pero al menos su madre le dio dado un último regalo al evitarle ir parar al infierno por una enorme lista de pecados sin perdonar que había cargado a cuestas.