Un Incidente, un Equivoco o Algo Mas

por **ana maria** Lun 01 Jul 2019, 16:32

UN INCIDENDE, UN EQUIVOCO O ALGO MAS

Desde el cumple de Annie, Dorian no me quitaba el ojo de encima. Y fue el fin de semana en la casa rural donde las cosas se pusieron serias. Mi esporádica pero contundente relación ama sumisa con la camarera del Penny era responsable de hubiera olvidado cuando fue la última vez que usé unas bragas. Y como además no me gusta usar pantalones ni bermudas la cosa se complica si te vas vestida con shorts o falda-pantalón a un entorno como Los Puertos de Beceite a hacer la cabra por el monte
Dejo de momento los preliminares de llegada a la coqueta casa rural, al reparto de habitaciones y paso al primer, llamémosle, incidente
Íbamos de senderismo esa primera mañana, El objetivo era un mirador con una fuente. Annie se negó en redondo a caminar los 6 km de ida y otros más de vuelta y se quedó leyendo, y yo no podía acompañarla ante los insistentes ruegos de Tom de que les acompañara. Era bastante temprano. Esa primera noche tocó sexo y Tom estuvo anormalmente brillante. Mantuvo el interés, fogosidad y a un buen ritmo. Con un poquito de ayuda de Elsa acaricié el cielo. Nada que ver con mis intensas refriegas extramatrimoniales pero se comportó. Así que el poco dormir y mi sedentarismo me pasaron factura, y a mitad camino y en medio de un pinar tuve que parar a descansar. Íbamos en fila india y yo era la penúltima.
— seguid, ya nos veremos.
El sendero estaba señalizado y no había problema en llegar, así que me senté en una losa de piedra. Dorian, que era la última, se sentó a mi lado.
— ¿como estás? Preguntó.
— echa polvo.
Sonrió. Se quitó las RayBan.
— ¿nunca usas bragas Jara?
Me sorprendió su tono. No tenía demasiado trato con ella como para oír esa pregunta-afirmación.
— a veces dejo que corra el aire por ahí abajo ¿por?
— por nada. No las llevabas el día del cumple de Ana ni tampoco hoy. Me parece impropio de ti. Te creía tan seria.
— ¿y qué otras cosas te parecen impropias de mí?
Volvió a sonreír — ¿imprudencia...?
Empecé a atar cabos — ¿una deducción o pura observación?
— no hace falta ser muy observadora para ver tus juegos de agua.
Ya estaba claro. No tenía sentido negar, así que...
— Bueno, compartimos aficiones, no?
— Ana es mucha Ana. Oye, qué calor hace.
Se quitó el chaleco de lona y también la camiseta. Ya me había percatado de que no llevaba sujetador. Me fijé en sus bonitos techos, moteados de pecas rosas al igual que sus hombros y torso.
— con la piel tan clara que tienes te vas a quemar. ¿Llevas crema?
Lo dije sin segunda intención. Y eso que su forma de moverse era muy evidente.
— no. ¿Llevas tú?
Saqué de mi mochilita el frasco de crema y me giré hacia ella. Me puse en mis dedos y la extendí por hombros. La muy zorra no paraba de moverse y ronronear.
— ¿me puedes pasar un poco para mi pecho?
Y yo que no dejo puntada sin hilo.
— te lo pongo yo que voy pringada. ¿Te molesta?
— vale.
Fue un “vale” que me sonó a “toda tuya”
Y le tomé la palabra. Le puse crema en el pecho, axilas vientre, muslos, glúteos, ingles... Y saliva, mucha saliva entre ellas.
Nos echaron la bronca por tardonas.
gabrielle del dongo

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