Comprando Amor

por **ana maria** Miér 10 Jul 2019, 17:21

Comprando Amor

En mi juventud fui engañada y maltratada por un miserable, quien se encargo de cultivar espinas en mi corazón.. Por esa razón lo mantuve cerrado por un tiempo, no deseaba revivir de nuevo esa amarga experiencia con alguien más.

Todo hombre que llegaba a mi vida, era un mentiroso y desgraciado que solo quería aprovecharse de mí, como lo había hechos otros antes.
Una botella de whisky y la soledad se había convertido en mis mejores amigas. No niego que nunca fueron lo suficientemente confiables para ahogar mis penas de amor. Realmente deseaba ser amada por un hombre de verdad, al menos como aquellos tipos que veía a diario en las telenovelas. Siempre me imagine encontrar uno de estos en mi realidad. O en alguna esquina de mi infeliz destino.

A veces llegue a pensar que el amor no era para mí, sin embargo un día pense en algo, si el dinero lo compra todo, ¿por que no compro el amor de un hombre? entoces conocí a un sujeto a mis 56 años, su nombre era Eduardo Solís; tenía una agradable sonrisa y una mirada que desnudaba el alma en un segundo. era todo un don Juan. Supo conquistar mi corazón y de paso mi billetera, prácticamente había comprado su amor con mi dinero. Él me hacía sentir viva de nuevo. Aunque sabía muy bien que mi apariencia ya no era la de una bella jovencita. Todos sus detalles, palabras y afectos yo se los compraba sin remordimientos.

Que me pedía él que yo no se lo diera, no me importaba malgastar todo mi dinero en él, yo solo me conformaba con tenerlo a mi lado y verlo feliz, así tuviera que compartirlo con otras mujeres más jovenes que yo.

En este momento me estoy maquillando frente a un espejo, tratando de ocultar un poco la vejez que se aproxima a pasos agigantados. Me miro fijamente sobre el cristal, percibo la burla de parte suya, mientras que el subconsciente me grita: ¡Eres una vieja ridicula!

Creo que mi subconsciente me esta diciendo la verdad, solo que yo, no lo quiero escuchar. Seguiré viviendo en una mentira, una mentira que me da alegria. No me interesa que este amor se convierta en un ramo de rosas decapitadas por la farsa. pues mientras sobre el dinero, no me faltara el amor.

Damas y Caballeros! el amor no se compra ni se vende, se gana y se solo se siente.

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