El Amor Nunca se Olvida

por **ana maria** Mar 01 Oct 2019, 16:30

el amor nunca se olvida

¿Tan tarde es ya?, no me había dado cuenta, me levante de la cama, me puse las zapatillas y el chándal, me lave la cara aceleradamente, y sin desayunar me dirigí hacia el parque... hacía frío, pero yo estaba ardiendo, estaba en tensión, necesitaba llegar cuanto antes, hice un último esfuerzo y por fin la vi, iba radiante, como siempre, con su dorado cabello recogido en una coleta, no se paró a esperarme, siguió corriendo por las callejuelas del parque, entonces sus ojos verdes se encontraron con los míos, siempre había deseado tener esos ojos, desde mi más remota infancia.

¡Hola!, me dijo, y me sonrió con esa sonrisa que tenía un brillo muy parecido al de la estrella polar.

- Llegas tarde, ¡¡llevo corriendo un rato!!
- Perdona, me quede dormido...
- Nunca cambiarás Luis

Me besó en la mejilla y seguimos corriendo y hablando sobre nuestro trabajo. Sara y yo éramos amigos desde pequeños, habíamos estudiado en el mismo instituto y ahora trabajábamos juntos en la empresa de mi padre. Nos paramos en una cafetería cercana a su casa, era sábado y hacía un sol radiante. Yo la miraba sin salir de mi asombro por lo hermosa que era, ella me gustaba desde pequeño y en multitud de ocasiones me había rechazado, yo le quería con locura...
- Luis, ¿qué te pasa?, estas con la mirada perdida, tengo que decirte algo, quería que fueras tu el primero en saberlo, me voy a casar
- ¿qué te vas a casar?, pero, ¿cuando lo has decidido?, ¿con quién?
No pude disimular mi dolor, mi corazón me iba a estallar, la angustia recorría todo mi cuerpo, en esos momentos se me pasaban por la cabeza todas esas veces que estando junto a ella me creía el más afortunado del mundo.

- Llevamos saliendo ya un tiempo en secreto, estoy muy enamorada y él de mi también, y bueno hemos decidido que la mejor forma de sellar nuestro amor es con el matrimonio, se que te será duro, se que me has amado, pero nuestro amor no funcionaría, arruinaría nuestra amistad, no quiero que te enfades, pero me voy a casar con Juan
Como dijo Borges, con el tiempo uno aprende que los besos no son contratos y los regalos no son promesas, y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos, mi hermano se había llevado mi joya mas preciada, mi único y verdadero amor y yo no podía hacer nada...

Veinte años han pasado desde entonces, yo estoy felizmente casado con María, es una buena madre para mis hijos y ocupa un gran lugar en mi corazón, os preguntareis que fue de Sara y de mi hermano, pues bien, se divorciaron a los dos años, no pudieron soportar la presión del matrimonio, en verdad no se querían, no se amaban...
Hoy Sara ha venido a mi casa, le he invitado a comer porque estoy solo, y siempre hace bien un poco de compañía
- Luis, perdóname, veinte años han pasado y creo que deberías saberlo

- ¿Sara de que hablas?
- Yo te ame, te amo y siempre te amare, tuve miedo de perderte y por eso me case con tu hermano, no soporto verte con María, me corroen los celos, y por eso he decidió marcharme, me iré y no volveré, me olvidaré de todo lo que pasamos juntos, empezare una nueva vida, pero antes quería darte un beso, ese beso que por miedo o vergüenza jamás te acepte, ese beso que llevo deseando desde que mis ojos se cruzaron con los tuyos, ese beso de amor
pablo galavis rodriguez

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