Aquellos Zarcillos de Esmeraldas

por **ana maria** Jue 09 Abr 2020, 18:36

"Aquellos Zarcillos de Esmeralda"

"El tiempo pasa y no regresa,
solo te quedan los recuerdos,
una foto, un regalo, una carta,
o lo que grabaste en tu memoria".

Hace algunos años vivía yo en la mágica ciudad de N. Y., digo mágica porque no sabes lo que puedes encontrarte al doblar la esquina, en una tienda o en el Subway! Mi apartamento quedaba en la Segunda con la 73, un vecindario cerca de un parque, de muchas tiendecitas y restaurantes, el típico vecindario del Upper East.
Me gustaba pasear por sus calles, mirar las vidrieras, entrar en las librerías, farmacias, mini mercados, etc.!! Pero cuando llegaba el invierno, bueno ya eso era otra cosa, no demoraba mucho en mis salidas, le huía al frío, estaba acostumbrada al calorcito de mi país, Panamá.

Me acuerdo de aquel invierno, nevó como nunca, hacía un frío horrible, para salir era como una odisea: ropa interior para el frío, ropa habitual, bufanda, abrigo, guantes, gorro, botas, etc.!! Aquella mañana, nevaba como nunca, la nieve se acumulaba en las calles y aceras, no se veía a casi nadie caminar y las pocas personas que caminaban, lo hacían de prisa, titiritando, cubriéndose la cara con la bufandas. Otra tormenta se presagiaba para el fin de semana.

Decidí esperar unas horas antes de ir a hacer unas compras, me pusé a arreglar unos cajones y a oír música. En uno de los cajones estaban aquellos zarcillos de esmeralda que mi abuela me había regalado antes de morir, me traían gratos recuerdos de mi infancia, además de que eran muy bonitos, los había comprado ella en uno de sus viajes a Colombia, de donde era mi abuelo. Me los pusé para ver como me quedaban con mi cabello largo, se veían bien pensé yo y me los dejé puestos por un rato.

Cuando salió un poco el sol, decidí ir al mini super de la esquina, era uno de esos super chiquitos, donde hay de todo, era de una pareja de chinitos, super trabajadores y siempre contentos. Aquella tarde no había casi nadie allí, supusé que era por el frío. De pronto, se abrió la puerta y lo ví entrar, era mi vecino, un hombre guapísimo, al que apenas conocía, solo de hola y hasta luego. Me saludó como de costumbre y yo igual le contesté.

Terminé mis compras y decidí volver al apartamento, tenía miedo de que llegara la tormenta, me pusé el gorro, la bufanda, etc., estaba un poco nerviosa por la presencia de mi vecino, que no me dí cuenta cuando se me cayó uno de los zarcillos.
Al llegar al apartamento, me percaté de que me faltaba uno de los zarcillos, iba a ir a buscarlo, cuando de pronto sonó el timbre, era mi vecino, traía el zarcillo que se me había caído, me dijo que una señora en el mini super le había dicho que si me conocía, que me lo entragara, que era mío y que estaría buscándolo.

Allí en ese mini super, no había más nadie, tampoco trabajaba ninguna otra persona, solo la pareja de chinitos. Le pregunté como era la señora que se lo había dado y cuando me la describió, no podía creer lo que oía, era como si el estuviese describiendo a mi abuela. Me volteé a ver la foto de ella y noté algo pícaro en su sonrisa. Mi vecino y yo nos hicimos novios y algo más, despues de un tiempo el se regresó a su país y yo al mío. Cada vez que me pongo los zarcillos de esmeralda, me acuerdo de él y de lo felices que fuímos ese tiempo en Nueva York.

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