Manual de la Buena Mujer

por **ana maria** Dom 21 Jun 2020, 18:06

Manual de la Buena Mujer

Ha llegado el momento de la ruptura, él no soporta vivir contigo y ha decidido dar un giro a su vida. No, no es una ruptura definitiva, él quiere su libertad, recuperar su independencia pero no quiere prescindir del todo de ti. Te plantea una ruptura “provisional” – si, si provisional, que ¿qué es eso?, simple: “no quiero estar contigo pero quiero que me esperes por si me arrepiento, para cuando me canse de mi aventura… ” – y tú has de saber como te tienes que comportar:

1ª .- Primera fase: Esto se ha terminado
En este primer momento toda buena mujer ha de recurrir a esas frases hechas que tanto le gustan al ser supremo y que formalmente detestan: –“no te preocupes cariño, te entiendo, es normal que ya no me quieras a tu lado”-. Sic. Todo esto acompañado de una inmensa sonrisa y cargada de maquillaje para que el ser superior no pueda percibir tus ojeras, no importa cuan afligida te sientas, lo importante es que ninguno de tus actos puedan causar en él algún tipo de malestar por mínimo que sea -.
Nunca llores, está totalmente prohibido exteriorizar sentimientos. Oigas lo que oigas, sientas lo que sientas, no debes permitir que ni una sola lágrima aflore de tus ojos. Firmeza, llorar es de nenas, la gente de valía no llora y menos en público.
Olvida tus sentimientos, de lo contrario podría padecer que estas poniendo en marcha un más que reprochable chantaje emocional.

2º.- Segunda fase. La ruptura se consolida.
Pasados los primeros días, entramos en la segunda fase, durante este proceso es fundamental que estés arreglada, él ha de verte guapa, sonriente, de lo contrario tu presencia lánguida puede causarle fastidio; el ser supremo tiene tendencia a sentirse culpable, tu no puedes hacerle eso, ¡da igual como te sientas!.
Si por un casual adelgazas trata de disimular tu delgadez, es fundamental que te muestres saludable de lo contrario puedes ocasionar en él un profundo malestar, provocando su enojo al observar que tus ropas ya no se ajustan a tu figura. Recuerda, él ha de estar tranquilo, su bienestar es fundamental, es lo único importante.
Si durante este trance tienes la mala fortuna de caer enferma, ¡tira la toalla, has perdido la partida!, este extremo está completamente prohibido ¡como se te ocurre ponerte mala en un momento así!¡inútil!.

3º.- Tercera Fase. Él recorre paseos y alamedas con antiguas, nuevas y futuras admiradoras.
En este punto simplemente te jodes, has de aceptar que él es el amo y como tal está habilitado ha hacer lo que le da la gana. Repite conmigo: - “Él tiene derecho, él tiene derecho, él tiene derecho,…” -. Repítelo tantas veces sea necesario, hasta que te lo creas.
Si por un casual te enteras – almas caritativas encontraras por doquier –, has de limitarte a sentarte frente a él y decirle dulcemente: –“no te preocupes cariño, te entiendo, tu has hecho lo que tenías que hacer, tu comportamiento ha sido, es y será intachable”-. Sic. En este punto la sonrisa sigue siendo fundamental, recuerda que él es un hombre, él tiene derecho ha hacer lo que quiera; no solo has de aceptarlo sino que has de incentivarle a continuar desplegando su actitud, nada de celos estupidos, él es el amo y tu has venido a este mundo ha satisfacer sus deseos no ha provocarle dolor de cabeza con tus quejas.

4º.- Cuarta Fase. Una mujer nunca es un ser supremo.
Queda terminantemente prohibido asumir como propios los comportamientos del ser supremo, es decir, ¡tú no puedes hacer lo mismo que él!. ¡no existen excusas ¡
Si por un momento, movida por el dolor, la falta de autoestima, la búsqueda de no sabes bien que, la incomprensión hacía sus actos y el deseo de olvidarlo, decides asumir comportamientos propios del ser supremo ¡la has cagado!. Recuerda que no existen excusas de ninguna índole para que un ser inferior se comporte como un hombre.
Si cometes este error has de asumir que eres una Puta que ha mancillado la propiedad privada del ser supremo. ¡si llegas a esta fase eres digna de asco!
No importa que él haya hecho lo mismo y haya buscado consulado en unos brazos que le eran indiferentes, así que llegado el caso no se lo reproches. Recuerda: tu = puta, él = hombre.

5º.- Quinta Fase. El ser supremo puede en ocasiones – no es habitual- ser benevolente e intentar perdonar tu sacrilegio.
En ese caso considérate una privilegiada y recuerda que él lleva razón en todo, él siempre está en lo cierto, él nunca se equivoca. Él mantendrá que busca a una igual pero en realidad quiere a una mujer sumisa que no saque los pies del plato, que le de la razón en todo y siempre esté atenta a sus deseos.

6º.- Sexta Fase. El ser supremo no puede perdonar tu irreprochable conducta y desconfía de ti.
Si eres humana, si no eres capaz de controlar tus emociones, si no puedes evitar que su desconfianza te afecte, ¡Huye!. No le des más vueltas, no hay nada que hacer.
Podrás desgallitarte, podrás llorar (véase fase número uno), podrás recomponerte una y otra vez, podrás responder a todas sus preguntas, podrás tratar de ser precisa, podrás apelar al sentido común pero no te engañes, la batalla está perdida. Da igual los esfuerzos, da igual las buenas intenciones, da igual,… siempre cometerás algún error y no valdrán explicaciones a posteriori.

Lo siento pero has cometido demasiados errores: no aceptaste su decisión, languideciste, te perdiste en las cloacas, trataste de olvidarlo, fuiste una puta y para colmo no eres capaz de aportar calma a su vida cuando desconfía de ti (querida eres un auténtico desastre).
Resumen: La mujer es una propiedad del hombre que ha sido concebida para su satisfacción. La mujer solo ha de procurar el bien del hombre, sus sentimientos, emociones, penas y demás tonterías han de ser erradicadas.

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