La Mujer de la Playa

por **ana maria** Lun 31 Ene 2022, 12:26

La Mujer de la Playa

La primera vez que te vi fue en la playa nudista. Acababa de llegar y tú salías del agua. Fue como ver a una sirena. Tan alta y hermosa, con tu pelo negro brillante como el nácar y esas gotitas de agua en tu bello púbico que con el sol parecían diminutos diamantes que el rey Neptuno hubiese regalado a la más hermosa de sus sirenas. Te acompañaban dos amigas, pero yo solo tenía ojos para ti

Aquel verano fui dos semanas más a la playa, pero no te volví a ver. Sin embargo el destino es caprichoso. Resultaste ser prima de unos buenos amigos míos. Recuerdo que me invitaron a cenar un sábado y también a ti, sin decirnos nada a ninguno del otro.
La sorpresa te sentó fatal. Hacía menos de un año que rompiste con tu novio, y no te hizo ninguna gracia que tu prima hiciese de “celestina”, y estuviste borde conmigo toda la noche, por lo que a los postres me excusé y me fui a casa. Creo que tu prima se enfadó contigo y te pegó un buen rapapolvo, y al día siguiente viniste a disculparte. Te invité a un café y aceptaste.

Recuerdo que llevaba un libro sobre Egipto para devolverlo a la biblioteca, y me contaste que eras una enamorada de Egipto.

Esa mañana tomando café descubrimos que teníamos varias aficiones y gustos en común. Yo entonces estaba en segundo de la universidad y tú empezabas ese año. Estuvimos dos años saliendo. Al principio no muy en serio, pero poco a poco la cosa fue a más, pero cuando parecía que acabaríamos en boda nos peleamos.

Estuve tres años sin saber de ti pero, como en la canción de Mecano “la fuerza del destino”, volvimos a encontrarnos, en la situación más inesperada, un atasco monumental en el aeropuerto del PRAT. Yo volaba a Sevilla, y tú a Roma, pero un problema en cadena del fluido eléctrico y del SAI (sistema de alimentación ininterrumpida) que debía asegurar el uso de los ordenadores si se cortaba la luz hizo que tuviesen que facturarlo todo a mano, con el consiguiente caos y largas horas de espera.

Tuvimos muchas horas para hablar, y al final quedamos para volver a cenar juntos, y después un día al cine, y después... y de que no dimos cuenta otra vez salíamos.

Esta vez si hubo boda, muchas cosas buenas en común, entre ellas dos hijos, y muy recientemente un nieto, pero otras malas, como tu enfermedad, y esa medicación que te hacía ganar peso. Tan alta como eres, y tan recia, te pareces a mama osa, pero tus ojos siguen brillando y tu sonrisa sigue siendo preciosa.
Recuerdo que le comentamos al endocrino pero nos dijo que ese medicamento en concreto te hacía ganar peso, pero no se podía sustituir, porque la alternativa posible te castiga tus ya debilitados riñones.

Se que te ves en el espejo y dudas. Tus ojos me hacen la pregunta que no se atreven a formular tus labios ¿Todavía me amas? Y la respuesta es SI, siempre si. Para mi sigues siendo la mujer de la playa

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