Una Chica Complicada

La gente complicada pretende causar tanta impresión que enseguida agota su talento.

Tiffanyera frívola y presumida, y tan complicada, que cuando encontró a su príncipe azul, no era el tono de azul que buscaba. Tal vez si hubiera sido celeste, añil o turquesa, cabría una posibilidad, pero no aquella gama de azul en particular.

Tiffany tenía una legión de admiradores, pero los despreciaba a todos. Ninguno era lo suficientemente perfecto para ella, y cuando creyó encontrar al ideal, resultó ser el clásico “chico malo” predestinado a romperle el corazón.

Sexy y a la moda, pero coqueta sin talento, Tiffanyera una experta en maquillaje, chismes y flirteos.

Sus mejores amigas eran la batería de su móvil y su barra de labios.

Lo máximo que había leído en toda su vida era la etiqueta de su champú.

Sus aficiones eran hacerse fotos, mirarse en el espejo, mascar chicle y burlarse de los problemas ajenos.

Tenía un sentido del humor muy peculiar: se reía hasta de su culo.

Su tema favorito de conversación era ella misma.

Utilizaba el sarcasmo para insultar a los idiotas sin que estos se dieran cuenta. Otros hacían lo mismo con ella, y ella tampoco se daba cuenta.

No sabía lo ridícula que se veía por su vanidad, pero si lo supiera, por aquella misma vanidad, se volvería humilde.

Fue demasiado tarde, cuando Tiffany descubrió que el precio por su soberbia, era la soledad.