Puente de los Lamentos

Tiempo atrás, vivió en Ohio una joven llamada Sarah que a muy corta edad resultó embarazada. Sabiendo que sus padres no la perdonarían jamás, ya que en esas épocas era muy mal visto por la sociedad que las jóvenes tuvieran hijos fuera del matrimonio se las arregló para esconder su estado y tener el bebé en secreto.

Decidida a deshacerse de su hijo a quién consideraba una carga, esa noche caminó hasta el puente y tiró al recién nacido a las aguas, donde se ahogó de inmediato.

Consumida por la pena y con profundo arrepentimiento de sus actos, se colgó de una de las vigas del puente.

Se cuenta que desde ese entonces, su espíritu se aparece al lado del camino, haciendo autostop y pidiendo ayuda para rescatar a su bebé. Aquellos que deciden auxiliarla y acuden al puente, solo se encuentran con el cadáver colgado de la chica, cuyos fríos ojos de muerta miran fijamente a la víctima, mostrando en el rostro una extraña mueca de dolor y con un brazo completamente extendido señala el lecho del río, donde un bebé flota boca abajo, completamente inerte, pero emitiendo lloriqueos tan fuertes que parecen acercarse cada vez más, aunque los pobres perjudicados ya hayan corrido despavoridos.


Si los conductores no se detienen, al cruzar sobre el puente, los coches dejan de funcionar y se vuelve imposible ponerlos nuevamente en marcha.

En el absoluto silencio, se escuchan los llantos de un niño a lo lejos. Ese llanto proviene del puente y se vuelve cada vez más intenso. Si son curiosos y se asoman pueden presenciar el mismo espectáculo que los demás, pero si solo se dedican a empujar sus autos o correr despavoridos, se salvan de presenciar las apariciones, del famoso puente de los lamentos.