Dos Caminos, una Eleccion

La clase de historia se estaba tornando muy aburrida, sobre todo por el incesante calor que les causaba somnolencia a todos y no les permitía concentrarse, así fue que Julia, quedó profundamente dormida. En sus sueños apareció un Hada Madrina, ofreciendo cumplirle un deseo, cualquiera que ella quisiera, tan solo con pedirlo.

La chica entonces pensó y pensó, era solo una oportunidad, no quería gastarla en alguna tontería, ella quería vivir en una ciudad cosmopolita, llena de espectáculos y diversiones, con muchos lugares a donde ir, así que pidió al hada que mudase a toda la familia a Nueva York.

Ella escuchó su petición, pero antes de mover su varita, le dio un par de advertencias, toda su familia amaba la ciudad donde vivían, eran muy felices ahí, y aunque Nueva York era muy bonita, seguramente estarían muy tristes, pues las cosas eran muy distintas.


Entonces la chica pensó y pensó nuevamente, le dijo al hada que la mudara a ella sola, pero otra vez, antes de menear su varita, le dijo que al estar sola, extrañaría mucho a su familia, e ir a visitarlos probablemente no sería tan fácil, además igual estarían tristes, porque perderían una hija.


Tras tales advertencias, Julia no sabía cuál opción elegir, y mientras se dedicaba a pensar en una nueva con la que su familia no sufriera, el maestro la despertó con un palmazo en su pupitre.

Al volver a casa aún estaba avergonzada por lo que había pasado, pero olvidó todo al descubrir, que sus padres y hermanos le esperaban para planear unas vacaciones a Nueva York, supo entonces que con una familia como esa, jamás necesitaría un Hada Madrina.