a través del espejo

por **ana maria** Vie 08 Oct 2021, 18:25

A Través del Espejo

Se mira en el espejo y se sonríe enseñando los dientes. Ve las manos ascender a través de su imagen y se toca los ojos, lamenta las ojeras. No duerme por las noches y el día parece eterno porque está cansada.

Hoy el sol no brilla y hay un matiz gris, sombrío, que inunda la habitación. El calor no desaparece, pero por las noches ha empezado a hacer fresco. Vuelve el otoño y el verano desaparece como la sombra que es, un par de días que de pronto son semanas, que al momento fueron dos meses. Y ya está.

Está cansada de preguntarse qué coño es la vida porque sabe que la respuesta, como en todo, no surgirá en frio, si acaso sale a la luz. Y sabe que si dejara de mirarse en el espejo buscando inútilmente algún brillo en la mirada la vida seguiría sin más.

Pero María no quiere.
Encontremos otras cosas, conozcamos el mundo de nuevo se repite sin cesar.

Y María no puede. Aunque el espejo le devuelve la imagen lleva noches eternas pensando en vacío. No pudo dormir la primera noche porque en su mente se repetía una escena mil veces olvidada, mil veces recordada. La escena es una fotografía que permanece intacta en la memoria. Aún lo ve, él en el vientre de ella, con la cabeza en el regazo y ella acariciando su pelo oscuro en una enorme cama.

El silencio forma parte de la imagen, no hay notas, a penas color. Parecen dos amantes que ya no tienen más que decirse.

Por las noches retiene la textura de esa foto fija, el sabor que tiene, el olor. Hace siglos que no ve a Pablo, no entiende porque lleva días pensando en él.

Es una mañana gris de octubre, una más entre tantas. María baja al café de siempre a desayunar. Un lunes nuevo, aún sin escribir como son sus días sin rutina cuando María encuentra su foto, Pablo la está mirando fijamente a través del cristal del Café.

Ella le sostiene la mirada, querría acercarse y decirle llevo noches pensando en ti, tu recuerdo es opaco, mudo, donde está la luz de tu sonrisa, ¿tus manos llenas de vida?

Él entra en el café, le sonríe. Se alegra de verla, tiene muchas cosas que contarle ahora que la ve, que casualidad, quiere saber si ella estaría interesada en un proyecto que tiene en mente. Y ha pensado en María porque de pronto se acordó de lo importante que fue para él.

Porque María había olvidado la época de Pablo. Y descubrió de pronto que era el vacío que la inundaba por las noches.

Sin darse cuenta, apenas un minúsculo cambio a lo largo de los días, sumas que se repetían en los dos años que llevaban sin verse. Le faltaba la alegría que compartió con él, se fue difuminando la magia hasta dejar apenas una pequeña huella que le recordaba al mirarse al espejo que una vez ahí hubo algo más.

Es María la que no reconoce su imagen en el espejo, la que le dice que si a Pablo sin pensar porque intuye que está cerca.

Conozcamos el mundo de nuevo, le dice de pronto.

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