Pecado Capital
Sara caminaba disfrutando Florencia.
Más temprano, había comido un panini exquisito en un puestito callejero.
Un helado le pareció irresistible en los coquetos locales sobre el puente.
A la tardecita, un Spitz con aceitunas y quesos en el viejo bar del Castello.
La cena, cuando el sol agonizaba sobre los rojos tejados, opípara, interminable. Regados con el mejor vino de la carta, pescados frescos, frutos de mar, vegetales salteados caramelizados, carne de ternera y faisán con salsas y ensaladas le habian parecido deliciosos.
Estaba extasiada con los sabores de la alta cocina, por eso, habia decidido comer sólo dos postres, un Volcán de chocolate y una creme brûlée con frutos rojos, acompañados por una botella de champagne francés.
Del comedor al hotel, había dos calles, la plaza era un oasis verde entre tanto adoquín, los jazmines endulzaban el aire de la noche cono nunca.
Sara, sólo tenía ojos para la lujosa mansión, nada de su hermosa fachada le llamaba tanto la atención como la pizarra done habían escrito: café gratis.
Entró y se sentó en el mejor y más mullido sillón del local. Miró todo a su alrededor con esmerada curiosidad, la decoración, los colores, las luces eran de un buen gusto supremo. La estatua de bronce, del hombre con la capa y espada, cercano a ella la perturbó un poco. Ese pequeño detalle pasó al olvido cuando el mozo trajo la bandeja con un capuchino italiano, un caffé macchiato , un plato con amarettis, chips de chocolates suizo y una porción de tarta de fresas.
Que maravilla, pensó, todavía hay gente que vale la pena en el mundo.
-¿Puedo servirle en algo más señora? Le dijo el sirviente
- Si, me encantaría saber de quien ha sido esta brillante idea, contestó Sara
-Del conde, señora, nadie como él para comprender mejor la gula; dijo el hombre al momento de retirarse.
Sara ya había depositado su atención en el capuchino y los amarettis. La fina canela de India penetró su olfato, al momento que con el chocolate se fundieron en su gusto, sintió un ardor en el cuello que apenas la incomodó.
-¿No había una estatua en ese pedestal?
-¿Que importancia tiene? se contestó, este caffé macchiato y la tarta de fresas serán mi muerte.
» Imagina lo Precioso...
» Apóyate en Mi
» Tomando Refresco
» Rosas Espectaculares
» Siempre Libre & Glitters y Gifs Animados Nº371
» Quién inventó la penicilina
» Unas Vacaciones Diferentes
» Hay Personas....
» Mis ABC-Variados