Aquella Noche de Amor y Pasion

por **ana maria** Vie Sep 25, 2020 12:47 pm

"Aquella noche de amor y pasión"

"Como miel es tu mirada,
que me endulza y acaricia,
y son tus ojos dos luceros,
que me guían sin malicia”.

Quería que esa noche de San Valentín, fuese distinta a la de los años anteriores; cuando me la pasaba viendo películas románticas. Esperaba inútilmente regalos, poesías, flores y tarjetas de amor, soñando despierta, buscando ilusiones y sentimientos, deseando cosas que tal vez nunca iban a llegar.

No es que yo jamás hubiese tenido un amor, había estado casada por varios años, me case muy joven y enamorada, pero cuando la rutina se convierte en tedio, cuando el amor deja de serlo para convertirse en odio y cuando el matrimonio se convierte en una guerra donde somos nosotros mismos los protagonistas, es mejor terminar la relación antes de seguir sufriendo, menos mal que no había tenido hijos todavía.

Decidí salir a pasear y disfrutar de aquella noche de San Valentín, aunque me diera algo de envidia ver a las parejas de enamorados, tomarse de las manos, besarse y acariciarse, todo aquello que me hacía recordar lo bello del amor, cuando el tiempo no importa, porque parece detenerse en el infinito y nos hace flotar en el espacio.

Caminé sin rumbo por un rato, después entré en un restaurante para tomar y comer algo. Estaba viendo el menú, cuando ví a alguien acercarse a mi mesa, era David, un antiguo amigo mío de la adolescencia, al que tenía tiempo de no ver. Siempre recordaba que cuando tenía diez y seis años suspiraba por su amor, pero al verlo me ponía nerviosa y nunca se lo di a entender, al contrario, cuando se me acercaba, casi siempre huía de su lado, sin dejarlo ni hablar; claro que me arrepentía después cuando ya estaba en casa. Me saludo amablemente y me preguntó si no me molestaba que cenáramos juntos, yo le contesté que no me importaba y lo invité a acompañarme.

Después de cenar, me invitó a tomar una copa en su apartamento que queda cerca de La Castellana, al principio dudé en aceptar su invitación, pero la verdad es que quería estar con él, mi corazón latía sobremanera, la sangre hervía por mis venas, mientras su boca y sus ojos marrones me cautivaban. Ya no era la chica de diez y seis años, cohibida y temerosa, sino una mujer y si me proponía algo no iba a salir huyendo como antes, claro que iba a aceptarlo.!

Nos tomamos una copa de vino blanco mientras hablábamos de tiempos pasados y presentes. Me contó que al igual que yo, su matrimonio no funcionó y terminó en divorcio, seguimos hablando por unas horas, nos dimos cuenta que teníamos mucho en común.

Su mirada me tenía cautiva, sentía que me desnudaba con sus ojos, su boca empezó a besar mi cuello lentamente, una cosa dio paso a otra y cuando acorde estábamos abrazados, deseando nuestros cuerpos. La luna y las estrellas fueron testigos de esa pasión, esa fue la primera noche de muchas otras, donde nos hemos querido y mostrado nuestro amor. Han pasado ya algunos años de eso, pero siempre nos recordaremos que fue un Día de San Valentín en el que nos volvimos a encontrar y debido a ese encuentro nos casamos. Ahora somos felices los dos, junto a nuestros dos hijos y uno en camino. A veces el destino, te puede cambiar la vida en un segundo, cuando menos te lo imaginas.

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