Querido mío.

por **ana maria** Miér 02 Nov 2022, 11:34

Querido mío.

Con sinceridad deseo hacerte llegar mediante mis mansas expresiones, todo lo que mi corazón atesora y exhala por tu causa. Desearía describir lo imposible: el volumen de mi grandeza de amor por ti. Aunque comprendo que para describir tus cualidades y tu aura, necesitaría décadas de estudios y miles de hojas para llenar.

Deseo que sepas que te siento como el amor de mi vida, y también has de saber que no deseo que seas mío sino que soy yo quien debería rogarte, que me aceptases; y que permitieras que te sirviera fielmente desde el fondo de mi alma y hasta el fin de todas las eternidades.

Miles de esperanzas absurdas crecen como flores hermosas en mi corazón, producen sueños compartidos, momentos inolvidables cada vez que te imagino, y mientras te escucho, tus palabras viajan hasta mis oídos y de allí a lo más profundo de mi alma, como dulces sonidos de harpas celestiales: bien afinadas y con unas sinuosas vibraciones que van más allá de lo tangible.

Desde que de la nada apareciste en mi vida, mi corazón ha logrado latir con más fuerza, con mayor constancia.

Por fin mi alma pudo renacer cual Fénix depuesto y ahora te pertenece, porque desde tu lejanía me cuidas mucho más que cualquiera que me tuvo cerca.
Ahora amo, por fin, amo como nunca amé a nadie, explorando el paraíso infinito de tus palabras, como desde un puentecito que une tu esencia con la mía.

Mi amado: tu faz divina es culto de mi alma, tus ojos son la luz de mi camino, todo tú, un puerto inalcanzable donde desearía dejar caer la pesada ancla que es mi corazón.

Al momento de escribir esta carta, ese corazón mío, suplica piedad para apagar el sentimiento de dependencia y ardor que pesan sobre mi voluntad. Apenas hemos intercambiado palabras, jamás ni un sólo gesto, y así, aunque desee instalar en tu corazón el mío, pienso que es algo imposible. Por eso sueño día tras día con poder demostrarte mi amor lejos de este mundo de imposibilidades, sentirte a mi lado y consumir el ardor de la pasión.

Sé que quizás nunca lograré sentir el calor de tus abrazos, que las palabras “para siempre” no tienen sentido porque no estaremos juntos, pero aún así estoy convencida de que eres mi vida, ya que es a ti a quien le debo justamente eso: el rescate de una muerte segura.

Será quizás en otro mundo - y no en éste -, donde nuestras almas logren hacerse un lazo, nuestros ojos vean al unísono el paraíso, y donde caminaremos juntos y descalzos por los verdes prados de la esperanza, bifurcando senderos, mientras el sol nos ilumine, aprobando nuestro amor.

Pero todo aquí está minado con imposibilidades, como un campo enemigo, y no tengo cabida en tu vida.
¡Eres demasiado grande! ¡Demasiado hermoso!

¡Demasiado casado...!

Me siento inútil frente a alguien tan prohibido, tan superior a mí, es algo así como ser un ratoncillo frente a un Dios.

Mi inspiración y fuerza para volcar tu grandeza no tienen límites, pero tengo en cuenta que tu vida es finita, y sólo lamentaré no poder llegar jamás a consumar la mía junto a ti. Con todo esto, no te diré más de lo que ya sabes.

Amándote con y sin esperanza

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